Escondida entre las dunas de Piedade y cerca de Ponta de São Lourenço, Praínha es una de las pocas playas de arena natural de la isla de Madeira. Deslumbra a sus visitantes por las singulares formaciones geológicas que la rodean, cuya importancia ha sido reconocida con la clasificación de este lugar como geositio. 

Para acceder a esta pequeña bahía hay que caminar unos 100 metros, pero el esfuerzo merece la pena por la gran belleza paisajística del lugar, que ofrece excelentes condiciones para disfrutar de un día de playa, y además cuenta con otras infraestructuras que incluyen un chiringuito, duchas y vestuarios.