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Construido en el s. XVIII, el Padrão del Bom Jesus, Padrão del Señor da Areia o Nuestro Señor do Padrão recuerda la leyenda del Señor Bom Jesus.

Se cuenta que la imagen del Señor de Matosinhos fue esculpida por Nicodemos, un hombre que ayudó a José de Aritmeia a descender el cuerpo de Cristo de la cruz y a embalsamarlo. Lanzada al mar, habría llegado a la costa en el año 124, en el arenal de Espinheiro, cerca de Matosinhos, pero sin un brazo. A lo largo de 50 años nadie consiguió esculpir la pieza que faltaba, de forma que se ajustase al cuerpo de la imagen. Hasta que una viejecita que vivía por allí, al encender su chimenea, se encontró un pedazo que se empeñaba en rodar hacia fuera de las llamas. Entonces, fue cuando la hija, muda, recuperó la voz para decir que se trataba del brazo del Bom Jesus. Al llevarlo a la imagen, la pieza encajó a la perfección en el sitio del brazo desaparecido y, así, la población pudo contemplar la imagen íntegra.

En el lugar en el que fue encontrada la imagen, para unos, o donde fue encontrado el brazo, para otros, se irguió el Padrão en honra de este santo de devoción popular.

En el pedestal hay un panel de azulejos azules y blancos del s. XVIII con la representación de Cristo y el número 50 grabado, en memoria del tiempo que se tardó en encontrar la pieza que faltaba.