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La ocupación humana de este territorio se remonta al Neolítico y, de este asentamiento antiguo del Hombre, subsisten algunos restos bien conservados.

A cerca de 6 kilómetros de la aldea de Soajo podrá visitar un ejemplo notable, en el Núcleo Megalítico del Mezio.

Un paseo por la sierra le llevará a conocer un entorno muy singular y de interés etnológico y patrimonial, característico de esta área: las Brandas (pastos). En los alrededores, en Ermelo, aldea semiabandonada, pero que no por ello deja de ser un lugar idílico sobre una curva del río Lima, poblado de naranjos, encontrará lo que queda del monasterio de Santa Maria de Ermelo, construido en el s. XII, por los monjes cistercienses.

Menos de una hora en coche es suficiente para llegar al imponente Santuario de Nuestra Señora de la Peneda. Por el camino encontrará algunas Brandas, miradores de montaña espectaculares y formaciones de enormes bloques de granito que recuerdan gigantescas esculturas faraónicas. A veces será discretamente observado por los grandes ojos negros de las vacas “barrosãs” que pastan junto a la carretera.

A aproximadamente 2 km de la frontera con Galicia encontrará la bonita aldea de Lindoso, poblada de casas de granito y coronada por un viejo castillo afonsino.

Cerca, se sitúa el Embalse del Alto do Lindoso, obra de ingeniería imponente por su enorme altura y dimensión, donde se represan las aguas del río Lima para producir electricidad.