Monumentos

La vista del paisaje, que se avista al fondo de una pendiente cubierta de naranjales, a orillas del río Lima, justificaría solo por sí sola una visita.

A pesar de su pertenencia a la Orden de Cister, la vida de este monasterio fue atribulada y corta. En la visita que realizó en 1533, el abad de Claraval lo encontró en un estado de total abandono y pobreza, por lo que fue secularizado en 1560, convirtiéndose en iglesia parroquial.

Lo que vemos hoy en Ermelo es una bella iglesia románica transformada en la época moderna con la intención de adaptarla a la vida de una pequeña parroquia. De la nave que se levantaba en la parte sur se conserva el bello arco triunfal que se encuentra a cielo abierto, en el exterior. En el lado opuesto, la capilla fue transformada en sacristía y se añadió una torre con campanario. En lo alto, destacándose parcialmente, se mantiene el bello rosetón románico que iluminaba la nave central. Las dependencias del monasterio fueron construidas en dirección sur. Aquí podemos encontrar todavía una arcada, que forma parte de las ruinas que se conservan del antiguo claustro.

Un paseo por la romántica orilla del río será una experiencia única de contacto con la belleza y los sonidos de la Naturaleza.