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La primera catedral construida en el siglo XXI.

Dedicada a Nossa Senhora Rainha , la actual Catedral de Braganza fue diseñada por el arquitecto Vassalo Rosa y fue la primera catedral portuguesa construida en el siglo XXI. Sustituyó a la antigua catedral, construida durante el siglo XVI por iniciativa del municipio con el apoyo del duque D. Teodosio, que inicialmente se destinó a convento de las monjas Clarisas (de la orden de Santa Clara) y estuvo ocupado entre 1562 y 1759 por la Compañía de Jesús, que instaló allí un colegio. En 1764, cuando la sede del obispado se trasladó de Miranda a Braganza, se realizaron obras de ampliación en la iglesia y fue promovida a catedral.

Sin embargo, en 1768, el obispo local Fray Aleixo envió una carta al Marqués de Pombal, Secretario de Estado y Ministro del Reino, indicando su voluntad de construir una nueva catedral. Desde esa fecha y debido a una serie de contratiempos, ese sueño fue pospuesto sucesivamente. Solo a mediados del siglo XX se reunieron las condiciones para abrir un concurso, en el que seleccionó el proyecto de los arquitectos Luís Vassalo Rosa y Francisco Figueira. Sin embargo, la edificación de la catedral no tomó forma hasta 1982, con la colocación de la primera piedra. Sin embargo, el inicio oficial de las obras se produjo seis años más tarde tras una serie de aplazamientos relacionados con la configuración y la estructura del proyecto.

Inaugurada el 7 de octubre de 2001, la Iglesia de Nossa Senhora Rainha o Catedral Nueva ocupa hoy un área total de 10 000 metros cuadrados. Los asientos se distribuyeron en anfiteatro y la zona circundante tiene un diseño pentagonal que la distingue y le confiere un aspecto característico contemporáneo. Todo el edificio refleja la región que lo rodea, desde los materiales de construcción hasta la vegetación plantada en los jardines e incluso la orientación de las puertas.

En el interior, el sagrario tiene la forma geográfica del distrito de Braganza y detrás del altar mayor, los rasgos fisionómicos en la expresión del Cristo dibujado en el panel cerámico de Mário Silva parecen nordestinos.