Museos y Palacios

El barco-museo Santo André, anexo del Museo Marítimo de Ílhavo, formó parte de la flota portuguesa del bacalao y pretende ilustrar las artes de arrastre. Este arrastrero lateral (o "clásico") nació en 1948, en Holanda, por encargo de la Empresa de Pesca de Aveiro. Era un barco moderno, con 71,40 metros bodega para veinte mil quintales de pescado.

En los años ochenta surgieron restricciones a la pesca en aguas exteriores que provocaron la reducción de la flota y la destrucción de gran parte de la misma. El Santo André no escapó a esta tendencia. El 21 de Agosto de 1997 fue desmantelado. Quedaba la memoria de un barco emblemático y era necesario preservarla. Para ello, se conciliaron ideas y esfuerzos.

El armador del barco, António do Lago Cerqueira, y el Ayuntamiento de Ílhavo decidieron, de mutuo acuerdo, transformar el viejo Santo André en un barco-museo. Se materializó el sueño de todos los que vivieron la aventura del bacalao. El Santo André se salvó. No tendría el mismo destino que otros arrastreros de su generación cuya memoria se perdió entre las chatarras.

Convertido en museo, el Santo André inició una nueva etapa de su vida: mostrar a las actuales generaciones y a las futuras, cómo fueron las pescas de arrastre del bacalao; reconocer la memoria de todos sus tripulantes durante medio siglo de actividad.