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Situada a continuación del Largo de las dos Iglesias, la bellísima plaza Luis de Camões es un agradable espacio abierto enriquecido con árboles y bancos de piedra donde el suelo, revestido de la famosa calzada portuguesa, proporciona efectos geométricos y diseños alusivos al mar, sirenas y carabelas.
En su alrededor los atractivos edificios pombalinos han sido recientemente restaurados, así como la preciosa estatua del poeta en su centro, bajo la cual ha sido construido un aparcamiento.

El monumento a Luis de Camões simboliza el homenaje justo de los portugueses a una de sus grandes figuras del renacimiento, cuya obra épica y lírica ha alcanzado dimensión universal.
En el pedestal, espléndidamente ornamentado, se utilizó piedra lioz, cuya blancura armoniza perfectamente con el brillante sol de Lisboa; la estatua del poeta, obra de Vitor Bastos, es de bronce fundido y pesa 9.700 kilos. El conjunto alcanza una altura total de 11,49m y la primera piedra fue colocada en presencia del rey D. Luis I, quedando concluido en 1867.

Representado con una corona de laurel sobre la cabeza, Camões sostiene una espada con la mano izquierda y con la derecha estrecha contra el pecho su obra maestra ´Os Lusiadas´. El hermoso y llamativo fuste se asienta sobre cuatro peldaños y está rematado en la faz central por el blasón de armas de Portugal, según se hacía en el siglo XV.
A su alrededor, sobre pequeños plintos, se alzan ocho estatuas de ilustres portugueses que destacaron por sus obras en los siglos XV y XVI: los cronistas Fernão Lopes y Gomes Eanes de Azurara; los poetas épicos Jerónimo Corte Real, Francisco de Sá Meneses y Vasco de Quevedo; los historiadores Fernão Lopes de Castanheda y João de Barros; y el matemático y cosmógrafo mayor Pedro Nunes.