Restaurantes y Cafés

Nació en 1925, al borde de la playa, con el nombre Miramar, típica cabaña donde los pescadores comían el pescado que traían de la mar. Con el paso del tiempo se le conoce como la Barraca do Daniel y empieza a atraer clientes más urbanos, entre ellos la periodista y escritora Vera Lagoa, quien, entusiasta de la calidad de las viandas servidas en aquella humilde casa, decide apodarlo Chez Daniel – nombre sonante que se mantuvo, incluso después que la cabaña se alejó del arenal para dar lugar a un restaurante amplio, luminoso, sofisticado y con vistas hacia la Laguna de Santo André.

Chez Daniel se ha conservado siempre en manos de la misma familia. Hoy quien atiende a las mesas es José Carlos, nieto del primer propietario, y son sus padres quienes regentan la cocina. 

En la carta, que varía a diario, según los humores de las mareas, se sugiere como entrada, aceitunas acompañadas de pan alentejano, lomo embuchado de cerdo alentejano o Queso Serpa DOP. Las anguilas fritas también son una buena opción para empezar la comida, que los fines de semana a la cena se compaña de música en directo. En lo que toca a los pescados, todos de mar, salen de la parrilla la corvina, el rodaballo, el sable y el sargo, además de la sepia frita, sola o con guarnición de patata cocida, verdura o ensalada. En el apartado de los mariscos, sobresalen las almejas à Bulhão Pato o al vapor y las gambas cocidas o al ajillo. En las carnes lucen el filete de ternera, el filete de ternera con huevo frito, la carne de cerdo con almejas y patatas fritas, además de la carne de cerdo alentejano a la brasa. Los platos fuertes de la casa son, sin duda, además de los tradicionales caldereta de pescado y pasta caldosa con pescado al estilo de Daniel, los preparados a base de anguilas: en caldereta, ensopado o fritas. 

Amplia carta de vinos. Buena selección de caldos nacionales, con predominio para los del Alentejo. El servicio es rápido y familiar.