Portugal ofrece excelentes condiciones para unas vacaciones en familia, ya que se trata de un país pequeño a orillas del Atlántico, ideal para actividades de exterior o interior.
Portugal tiene unos 800 km de longitud máxima en su territorio continental que pueden recorrerse fácilmente, proporcionando una gran variedad de experiencias, siempre a corta distancia. Es un país seguro, con el mayor número de horas de sol al año de toda Europa y dispone de una excelente red vial y de aeropuertos internacionales cerca de los principales destinos turísticos, lo que lo convierte siempre en una elección acertada para mayores y niños.
Aquí, los más jóvenes adorarán conocer un sinfín de lugares, empezando por los parques de animales. Algunos de los más conocidos son el Oceanográfico y el Acuario Vasco da Gama, en Lisboa, el Fluviario de Mora, los diversos zoológicos, destacando el Jardín Zoológico de Lisboa o el Badoca Safari Park, en el Alentejo. Al igual que el Zoomarine en el Algarve, que sirve como puente entre un parte temático y los concurridos parques acuáticos que abundan en la región, pero que se expanden un poco por todo el país: Nazaré, Amarante, Pombal o Santa Cruz, en Madeira, son algunas de las localidades donde pueden encontrarse piscinas y toboganes de todos los tamaños y formas con diversión garantizada para todos. Pero pueden divertirse también, y aprender, en los diversos Centros de Ciencia del continente y de las islas, donde destacan el Planetario Calouste Gulbenkian y el Pabellón del Conocimiento, ambos en Lisboa. También están muy solicitados el Museo de la Marioneta de Lisboa, los museos del juguete y los centros de equitación que se encuentran por todo el país o el Portugal de los Pequenitos, en Coimbra, que atrae a los niños desde hace muchas generaciones.
Portugal ofrece excelentes condiciones para unas vacaciones en familia, ya que se trata de un país pequeño a orillas del Atlántico, ideal para actividades de exterior o interior.
Portugal tiene unos 800 km de longitud máxima en su territorio continental que pueden recorrerse fácilmente, proporcionando una gran variedad de experiencias, siempre a corta distancia.Es un país seguro, con el mayor número de horas de sol al año de toda Europa y dispone de una excelente red vial y de aeropuertos internacionales cerca de los principales destinos turísticos, lo que lo convierte siempre en una elección acertada para mayores y niños.
Aquí, los más jóvenes adorarán conocer un sinfín de lugares, empezando por los parques de animales.Algunos de los más conocidos son el Oceanográfico y el Acuario Vasco da Gama, en Lisboa, el Fluviario de Mora, los diversos zoológicos, destacando el Jardín Zoológico de Lisboa o el Badoca Safari Park, en el Alentejo.Al igual que el Zoomarine en el Algarve, que sirve como puente entre un parte temático y los concurridos parques acuáticos que abundan en la región, pero que se expanden un poco por todo el país: Nazaré, Amarante, Pombal o Santa Cruz, en Madeira, son algunas de las localidades donde pueden encontrarse piscinas y toboganes de todos los tamaños y formas con diversión garantizada para todos.Pero pueden divertirse también, y aprender, en los diversos Centros de Ciencia del continente y de las islas, donde destacan el Planetario Calouste Gulbenkian y el Pabellón del Conocimiento, ambos en Lisboa.También están muy solicitados el Museo de la Marioneta de Lisboa, los museos del juguete y los centros de equitación que se encuentran por todo el país o el Portugal de los Pequenitos, en Coimbra, que atrae a los niños desde hace muchas generaciones.
También puede ser un buen momento para los más pequeños un picnic en el Parque del Campo Grande o de Monsanto, en Lisboa, en el Parque de la Ciudad o de Serralves, en Oporto, y en tantos otros del norte al sur de Portugal.Así como un paseo en burro.O en barco.¿Por qué no ir a ver los delfines en el estuario del Sado?Hasta la historia puede ser escenario para unas vacaciones plenas cuando, en un castillo, padres e hijos aprendan sobre las batallas que allí se libraron, o entiendan mejor la vida de reyes y princesas en uno de los diversos palacios que se pueden visitar.
Más o menos didácticas, pero siempre animadas, a los niños va a encantarles participar en actividades a su altura, con o sin la compañía de sus padres.